Lo que más llama la atención de las películas nominadas a los Oscar en 1997 es el hecho de que la mayoría de las que optan a los premios importantes tratan de dramas en la intimidad de la familia o del cuarto muy privado de una clínica hospitalaria. Es curioso que, al menos tres de ellas, "El Paciente Inglés", "Shine" y "Rompiendo las olas" se orienten hacia la solidaridad con los enfermos, hacia esa comunicación única entre la enfermera y el paciente, hecha a base de una rara mezcla de sacrificio, compasión y amor. El otro punto digno de subrayar es que las grandes superproducciones, con argumentos de catástrofes, terror o ciencia-ficción, repletas de efectos especiales, han quedado relegadas al modesto segundo término de las estatuillas que premian la banda sonora, los efectos visuales, el maquillaje, etcétera. Es el caso de "Twister", "Star Trek: Primer Contacto", "Independence Day", "Dragonheart", "Pánico en el túnel" o "Eraser".
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados