La gravedad de la crisis económica que el mundo atraviesa no puede explicarse sin estudiar todo el desarrollo del capitalismo, y principalmente desde que acabó la segunda guerra mundial. Pero la crisis nos obliga además a sacar las consecuencias pertinentes: escasez de recursos, desigualdad inaceptable en el reparto mundial de la riqueza, puesta en cuestión de todo el orden económico internacional. El futuro no se puede mirar con optimismo si no estamos dispuestos a poner los cimientos de un nuevo tipo de sociedad.
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