Entre los defensores de las actuales estrategias defensivas, basadas en las armas nucleares y en el equilibrio del terror, y los representantes del pacifismo más radical hay otras alternativas posibles. La cuestión fundamental es si tenemos, como colectividad, algo que defender. Luego hay que preguntarse cuáles han de ser los medios y quiénes los protagonistas. La alternativa de la defensa civil y los métodos no violentos son posibilidades en las que hay que pensar seriamente. ¿Hay razones para que los creyentes nos preocupemos e interesemos por estas alternativas?
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