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Resumen de La larga marcha al Seguro de Desempleo Europeo

Carlos García de Cortázar y Nebreda

  • español

    En una encuesta realizada por la Comisión Europea, Eurobarómetro número 467, el 64% de los ciudadanos europeos se mostraron partidarios de la armonización de los sistemas de bienestar de los Estados Miembros, mientras el 26% se a oponían a esta idea. Asimismo en el referido Eurobarómetro se recoge que los mayores retos de la Unión Europea, en su conjunto, son, por este orden, el desempleo, las desigualdades sociales y la migración. No obstante, el desempleo es, con diferencia, el aspecto más preocupante para los ciudadanos de la Eurozona que, con un 44% priorizan este tema sobre todos los demás. Además, el 62 % de la población europea defiende la superioridad de la solidaridad sobre el individualismo y considera que el futuro de la Unión, pasa por un incremento de la solidaridad.

    La crisis de 2008, golpeó con gran intensidad a la Eurozona y especialmente los Estados de la Cuenca del Mediterráneo que, con una deuda pública muy elevada y un desempleo masivo, se vieron obligados, con el fin de proteger a sus nacionales y ante la disminución de recursos propios, a abonar altísimos intereses para poder financiar las prestaciones de desempleo y otras prestaciones sociales. El precio pagado fue altísimo ya que tuvieron que recortar otras partidas (inversión, I+D, obras públicas) que hubieran facilitado una más rápida recuperación.

    Europa y concretamente la Eurozona ha carecido de instrumentos financieros para apoyar a los países en crisis con dificultades de financiación en los mercados. En consecuencia, al no ser ya posible la solución habitual, la devaluación de la divisa, se ha producido una devaluación interna de los salarios y un incremento exponencial del desempleo, lo que ha socavado la demanda interna y ha ralentizado la recuperación económica.

    Se produce un círculo vicioso: Las crisis económicas impactan fundamentalmente en el empleo. Los Estados deben utilizar sus menguados recursos económicos en la protección a los desempleados, sustrayendo medios económicos importantes que podrían ser utilizados para la recuperación económica.

    La contención fiscal, la política monetaria expansiva, la movilidad laboral y la devaluación salarial no han actuado como se esperaba y la salida de la crisis ha sido mucho más lenta y dura en Europa que en Estados Unidos.

    En los últimos años, ha habido llamadas generalizadas para la creación de un estabilizador automático supranacional, ya que ha quedado claro que los tradicionales mecanismos de estabilización son insuficientes para enfrentar los shocks (asimétricos). El quinto Informe de los Presidentes (Juncker, 2015) ha planteado la necesidad de que se den pasos importantes para un mayor fortalecimiento de la UEM, uno de los cuales es la introducción de un estabilizador macroeconómico, sin precisar un diseño específico de este estabilizador.

    Fundamentalmente por algunos economistas se ha lanzado la idea de que uno de los posibles estabilizadores de la UEM podría ser el seguro de desempleo europeo.

    La gran ventaja del seguro de desempleo europeo sobre otros mecanismos estabilizadores es que actúa mucho más rápidamente, proporcionando una fuente de ingresos para los desempleados lo que posibilita que el consumo no se hunda o se reduzca de manera abrupta. Además, el desempleo es fácilmente evaluable y cuantificable a través de los ya existentes mecanismos estadísticos (EUROSTAT). No obstante, el seguro de desempleo europeo puede convivir pacíficamente con otros estabilizadores económicos.

    En principio, uno podría imaginar un sistema muy simple bajo el cual los países reciben fondos si su situación económica cíclica nacional es mala en términos absolutos o se desvía fuertemente del ciclo económico en la unión monetaria en su conjunto.

    Desde el punto de vista político, las primeras reacciones airadas contrarias a este proyecto por parte de algunos dirigentes europeos, especialmente los alemanes, se han ido suavizado con el tiempo y, en la actualidad, parece que se respira un cambio sustancial de actitud.

    Al máximo nivel, en la Cumbre entre el Presidente francés y la Canciller alemana celebrada el 19 de junio de 2018, ambos mandatarios se pronunciaron por “iniciar el estudio para la creación de un Fondo Europeo de Estabilización del Desempleo lo que supondría crear un seguro de paro para países donde crezca de manera acusada el número de desempleados”.

    Uno de los problemas más importantes que tiene que afrontar la creación de un seguro de desempleo europeo es la falta de armonización de los regímenes de desempleo nacional. El autor, en este trabajo analiza en profundidad las situaciones fácticas del desempleo en Europa, así como las diferencias existentes en las distintas legislaciones. Igualmente se presentan datos y tablas estadísticos para argumentar la dificultad de una armonización de los regímenes nacionales de desempleo. No obstante, la desarmonización existente no imposibilita el proyecto de seguro de desempleo europeo.

    El autor, analiza, como ejemplo a seguir, los seguros federales de desempleo de Estados Unidos y Canadá y como podrían trasladarse a Europa las experiencias positivas de estos países.

    Acto seguido pasa revista a las distintas modalidades del seguro de desempleo europeo que se están analizando a nivel teórico (modelo genuino versus modelo equivalente) así como las bases jurídicas que pueden ofrecer los Tratados para un futuro establecimiento, si así se decidiese, del seguro de desempleo europeo.

    Asimismo, se exponen los pros y contras de este proyecto, repasándose las opiniones de algunos autores que han defendido y defienden posiciones encontradas.

    Por último, el autor se pronuncia en favor del seguro de desempleo europeo como como una gran contribución al proyecto Europa de los ciudadanos que fomentaría la solidaridad y la unidad entre los pueblos y que daría un “rostro humano” al proceso de integración de la UE. A este respecto recuerda la paradoja Delors: “Por una parte se introduce legislación social para mejorar los estándares laborales y luchar contra la competencia desleal en la Unión Europea.

    Por otra parte se establece una Unión Monetaria que a, largo plazo, ahonda en las asimetrías y erosiona los sistemas de bienestar en algunos países”. Ante ese dilema el autor ofrece una solución “La Europa Social”, argumentando que se necesitan dar pasos adelante para completar la Unión Económica y Monetaria y acercarla en la práctica a los ciudadanos. Quizás el Seguro de Desempleo sea el comienzo de nueva era…

  • English

    In a survey conducted by the European Commission, Eurobarometer number 467, 64% of European citizens were in favour of the harmonization of the welfare systems of the Member States, while 26% opposed this idea. Likewise, the aforementioned Eurobarometer mentions that the biggest challenges of the European Union, as a whole, are, in this order, unemployment, social inequalities and migration. However, unemployment is by far the most worrisome aspect for 44% of the citizens of the euro area that prioritize this issue above all others. In addition, 62% of the European population defends the superiority of solidarity over individualism and considers that the future of the Union involves an increase in solidarity.

    The 2008 crisis hit the euro area with great intensity and especially the States of the Mediterranean Basin, which, having a very high public debt and massive unemployment were forced - in order to protect their nationals and due to the reduction of their own resources- to pay very high interests to be able to finance unemployment benefits and other social benefits. The had to pay a high price for that since they had to cut other items (investment, R&D, public works) that would have facilitated a faster recovery.

    Europe, and particularly the euro area, has lacked financial instruments to support countries in crisis with financing difficulties in the markets. Consequently, as the usual solution of currency devaluation was no longer possible, an internal salary devaluation and an exponential increase in unemployment have taken place, which has undermined domestic demand and slowed economic recovery.

    A vicious circle is then produced: Economic crises have a fundamental impact on employment. States must use their diminished economic resources to protect the unemployed, subtracting important economic resources that could be used for economic recovery.

    Fiscal containment, expansive monetary policy, posting and salary devaluation have not worked as expected and the ending of the crisis has been much slower and harder in Europe than in the United States.

    In recent years, there have been widespread demands for the creation of a supranational automatic stabilizer, since it has become clear that traditional stabilization mechanisms are insufficient to deal with (asymmetric) shocks.

    The fifth Report of the Presidents (Juncker, 2015) has raised the need for important steps to further strengthen the EMU, one of which is the introduction of a macroeconomic stabilizer, without specifying a specific design for it.

    Basically, some economists have come up with the idea that one of the possible stabilizers of EMU could be the European unemployment insurance.

    One of the great advantages of the European unemployment insurance over other stabilizing mechanisms is that it works much more quickly, providing a source of income for the unemployed, which makes it possible for consumption not to slump or to reduce dramatically. In addition, unemployment is easily assessed and quantified through the already existing statistical mechanisms (EUROSTAT). However, European unemployment insurance can coexist peacefully with other economic stabilizers.

    In principle, one could imagine a very simple system under which countries receive funds if their national cyclical economic situation is bad in absolute terms or deviates strongly from the economic cycle in the monetary union as a whole.

    From the political point of view, the first irate reactions against this project on the part of some European leaders, especially the Germans, have been smoothed over time and, at present, it seems that a substantial change of attitude is taking place.

    At the highest level, at the Summit between the French President and the German Chancellor held on 19 June 2018, both leaders spoke on “initiating the study for the creation of a European Unemployment Stabilization Fund, which would create the unemployment insurance for countries where the number of unemployed people is growing sharply”.

    One of the most important problems that the creation of the European unemployment insurance has to face is the lack of harmonization of national unemployment schemes. In this paper, we analyse the factual situations of unemployment in Europe in depth, as well as the differences between different legislations.

    Also, statistical data and tables are presented to argue the difficulty of harmonization of national unemployment regimes. However, this lack of harmonization does not preclude the European unemployment insurance project.

    We also analyse, as an example to follow, the federal unemployment insurance schemes of the United States and Canada and how positive experiences of these countries could be transferred into Europe.

    Then, we review the different models of European unemployment insurance that are being analysed at a theoretical level (genuine model versus equivalent model), as well as the legal bases that Treaties can offer for a future implementation, if so decided, of the European unemployment insurance.

    Likewise, pros and cons of this project are discussed, reviewing the opinions of some authors who have defended and still defend opposing positions.

    Finally, the author declares himself to be in favour of the European unemployment insurance as a great contribution to the project “Europe for Citizens” that would promote solidarity and unity among peoples and that would give a “human face” to the EU integration process. In this regard, the Delors paradox recalls: “On the one hand, social legislation is introduced to improve labour standards and fight against unfair competition in the European Union. On the other hand, a Monetary Union is established, which in the long term deepens into the asymmetries and erodes welfare systems in some countries”. Given this dilemma, the author offers the “Social Europe” solution, arguing that steps need to be taken to complete the Economic and Monetary Union and, in practice, bring it closer to citizens. Maybe Unemployment Insurance is the beginning of a new era.


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