Resumen de Auditorio de Lugo
Paredes Pedrosa, Ángela García de Paredes de Falla, Ignacio G. Pedrosa
La utilización de la topografía del lugar como estrategia del proyecto es una de las características de este magnífico edificio, que permite introducir la luz natural en tanto que protagonista de su desarrollo.
En el Auditorio de Lugo, las salas de concierto, apoyadas en la topografía natural del terreno, incorporan en su interior la entrada de luz natural y la vista de un exterior vegetal como una de las premisas de proyecto. La luz natural durante el día en las salas y la iluminación interior de las salas hacia el exterior relacionan el edificio y su actividad musical con una naturaleza que desplaza a los originarios espacios musicales.
Organizado en un volumen alargado entre dos cotas, el auditorio tiene una poderosa condición topográfica: el nivel urbano de la avenida y el nivel superior de los jardines con siete metros de desnivel. Esta condición permite utilizar la topografía a favor del proyecto y minimiza la necesaria altura de la torre escénica, configurando un perfil urbano continuo hacia la ciudad y permitiendo disponer de un jardín elevado de acceso al auditorio mirando a naciente, antesala verde y silenciosa del edificio. Entre la transparencia de ambas caras se organiza el interior de forma lineal, con una espina funcional y las dos salas, de 900 y 300 plazas, que se apoyan sobre el perfil natural del terreno con una única pendiente, incorporando la visión de los jardines y la luz natural al fondo de los graderíos. A través del jardín se produce el acceso a las salas y desde la avenida, el acceso al centro de exposiciones. El vestíbulo alto y continuo enlaza los recorridos y articula los vacíos de diferentes alturas que potencian unos espacios rotundos para el encuentro.
Una cubierta de aluminio se pliega para envolver los distintos espacios, cada uno con la altura necesaria, y dibuja una cornisa quebrada que lo aleja de una imagen monolítica. Como una galería, unas veces traslúcida y en ocasiones transparente, la fachada de vidrio serigrafiado de distintas opacidades confiere al edificio un carácter luminoso y construye la cara más urbana del auditorio, configurando un edificio que debe representar una institución abierta para los ciudadanos.
La galería evoca las fachadas acristaladas vernáculas en Galicia, con condiciones de sostenibilidad, uso, protección e iluminación más allá de la de un mero “muro cortina”. La galería, alta y continua, tiene espesor y se recorre, enlaza los distintos usos del edificio y permite ampliar la tenue luz del sol en el interior. La obra “Lluvia” de Paul Klee —que evoca el caer de las gotas de agua, su densidad y fuerza variable— se convierte en referencia para la lluvia de luces que se introduce en la galería transparente, que ilumina la fachada hacia la avenida.
