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¿Se retira EEUU de Oriente Próximo?

  • Autores: Mariano Aguirre Ernst
  • Localización: Política exterior, ISSN 0213-6856, Vol. 33, Nº 189, 2019, págs. 90-100
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • La escasa influencia de EEUU en Oriente Próximo se ve agravada por políticas que agudizan los conflictos y dan lugar a que otras potencias globales y regionales pugnen por sus agendas.

      El 21 de marzo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que reconocería la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán. En la guerra de 1967, Israel se enfrentó a varios Estados árabes y ocupó esos territorios sirios, anexionándolos en 1981. Una serie de resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas dictamina que, al haber sido tomados por la fuerza, deberían ser devueltos a Siria, algo que nunca ocurrió. Israel, además, ha violado el Derecho Internacional al desplazar a 130.000 sirios e instalar colonias israelíes en ese territorio. Paradójicamente, Siria e Israel han mantenido durante los últimos 52 años una relación de “paz fría” respecto a los Altos del Golán, una situación no resuelta pero estable. Sin embargo, ante el anuncio de la Casa Blanca, Siria, Turquía, Irán, Palestina, las monarquías del golfo Pérsico y Egipto han reaccionado de forma crítica. EEUU se sitúa en una posición controvertida: si aprueba la toma de territorio por la fuerza, Rusia puede alegar que tiene derecho a ocupar Crimea. Pero el interés del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, parece imponerse. Netanyahu quiere usar el precedente de los Altos del Golán para legitimar la ocupación de Cisjordania. Colaborando con esta voluntad, el reciente informe del departamento de Estado de EEUU sobre derechos humanos ha eliminado el concepto de “territorios ocupados” al referirse a Gaza, los Altos del Golán, Jerusalén Este y Cisjordania.

      El anunció de Trump es parte de una serie de medidas hacia Oriente Próximo que viene adoptando desde enero de 2017 y que causan incertidumbre e inestabilidad. Trump también ha cedido a varias demandas de Israel, reconociendo Jerusalén como la capital del Estado judío en un claro desafío a las resoluciones de la ONU y la posición de la comunidad internacional, y ha cortado la financiación a la Agencia de Naciones Unidas de Asistencia a los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (Unrwa, en inglés). Estas medidas han deteriorado significativamente las relaciones con los palestinos, además de incentivar las manifestaciones, cada viernes desde abril de 2018, en la frontera entre Gaza e Israel. Pese al carácter pacífico de estas protestas en favor del retorno a los territorios ocupados por Israel en 1948 y el fin de las sanciones israelíes sobre la Franja, más de 260 palestinos han muerto por fuego letal israelí y más de 6.000 han sido heridos.

      Además, Trump ha retirado a EEUU del acuerdo de 2016 que sometía a control internacional el programa nuclear iraní (otra demanda de Israel) e impuesto nuevas sanciones a ese país, enfrentándose a sus aliados europeos, la ONU, Rusia y China, todas partes del acuerdo. Según las sanciones, terceros países no pueden comerciar y negociar con Irán. La Unión Europea, sin embargo, apoya el mecanismo implementado por Alemania, Francia y Reino Unido para continuar las relaciones comerciales con Irán. Respecto a China, la Casa Blanca ha acusado a la empresa Huawei de violar el embargo y vender tecnología a los iraníes. Retirándose del Joint Comprehensive Plan of Action (Plan Conjunto de Acción Integral), Washington abre la puerta a que Teherán decida producir armas nucleares.

      Sobre las guerras en Siria e Irak, desde finales de 2018 Trump anunció, pese a recomendaciones contrarias de su propia administración, la retirada de las fuerzas estadounidenses que luchan contra el Estado Islámico en Siria, alegando que el grupo terrorista está derrotado. En efecto, Dáesh ha perdido su califato en Irak y Siria, pero sus militantes están presentes en diversos países. Informes del Consejo de Seguridad de la ONU y del Center for Strategic and International Studies estiman que la organización cuenta con alrededor de 20.000 efectivos en Siria e Irak, mientras que el Pentágono contabiliza alrededor de 17.000 miembros en el segundo país. Siria e Irak están, además, liberando a militantes capturados porque no tienen capacidad de retenerlos en prisión…


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