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Resumen de Landlords and squatters: neither victims nor executioners? Context and outline of the Spanish reform on eviction of illegal occupiers

Miriam Anderson

  • español

    Tras la crisis inmobiliaria española y, en buena medida, como consecuencia de ella, un elevado número de viviendas permanecen vacías. Por otro lado, existe una demanda de vivienda asequible que los programas sociales no son capaces de satisfacer. Esto, combinado con la (sempiterna) ocupación de propiedades ajenas con fines delictivos, y con la ocupación social, cultural o medioambiental, ha conducido a la proliferación de una gran variedad de tipos de “ocupas”, incluyendo grupos organizados que toman posesión de viviendas ajenas con la finalidad de alquilarlas a personas especialmente necesitadas. Los procedimientos a disposición del poseedor legítimo hasta julio de 2018 eran considerados insuficientes y, por ello, se reformó la Ley de Enjuciamiento Civil, introduciendo un procedimiento expeditivo para estos casos, pero solo cuando el demandante sea una persona física, una entidad sin ánimo de lucro o una administración pública. Este trabajo defiende que, si hay que hacer distinciones, deberían tener lugar en atención a la situación del demandado, y no del demandante. La reforma parece basarse en la idea de que los bancos y otros propietarios, así como los ocupas, son “malos”, mientras que los propietarios particulares, las entidades sin ánimo de lucro y la administración son, por definición, “buenos”. Planteamientos maniqueos de este estilo conducen a regulaciones partidistas e ineficaces.

  • English

    In the aftermath of the Spanish property crash, and to an extent as a side effect thereof, a large number of dwellings remain empty. On the other hand, there is a need for affordable housing that social programmes are unable to cover. This, together with the (timeless) occupation of properties for criminal purposes, and social, cultural or environmental squatting, has led to a huge variety in the type of squatters, including organised groups that take possession of dwellings with the aim of letting them to people in need. The procedures to evict squatters in force until July 2018 were considered insufficient and thus the Spanish Civil Procedure Law was amended to include fast-track eviction of squatters, but only when the claimant is a natural person, a non-profit organisation or a public administration. This paper argues that if distinctions need to be made, they ought to take place at the defendant’s end, and not at the claimant’s. The reform seems to stem from the idea that banks and other landowners and squatters are “evil”, whilst private owners, non-profit organisations and public administrations are by definition “good”. Manichean approaches such as these lead to biased and ineffective lawmaking


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