Artesanos y mercaderes residían en un espacio urbano debido a las características de su trabajo, pero el lugar de residencia también fue utilizado, especialmente por los mercaderes, como estrategia para la movilidad social; para ambos grupos constituyó un lugar predilecto para las relaciones sociales. Las estrategias de sociabilidad coadyuvan a esa finalidad.
La vivienda y el hogar desempeñan varias funciones: espacios económicos de producción y consumo, principalmente por mantener el taller y la tienda; y espacios privados y familiares; pero también son espacios públicos, ya que deben vender allí productos elaborados o comercializados y se producen relaciones sociales. Asimismo, la vivienda se convierte para los mercaderes acomodados en un indicador del status al que se aspira.
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