Valencia, España
Las metáforas no son un mero adorno retórico que haga comprensible un concepto abstracto, ni dan nombre a una realidad preexistente, sino que esta operación retórica, dar nombre, cuando se aplica al ámbito de la teoría política, pretende hacer posible la constitución de una identidad de grupo y, con ello, la construcción de un sujeto político. El término multitud es un concepto problemático de la filosofía política contemporánea por lo que autores como Hardt y Negri han recurrido a diversas metáforas para definirlo, metáforas como la red y el enjambre. Por otra parte, algunos de los estudios sobre el Movimiento 15M y otras nuevas formas de intervención política han hecho uso de estas metáforas trasplantándolas del ámbito de la biología, la teoría de sistemas o la neurología al de la política. En esta traslación algunos supuestos metafísicos, en particular un cierta concepción teleológica de la política se presenta con la legitimidad de la ciencia experimental. Este artículo pretende relativizar el estatuto “científico” con el que se presenta el concepto en estos contextos así como revelar algunos supuestos que se asumen de manera no siempre consciente al enfrentarse a la tarea de dar nombre a lo que ocurre orientándonos en el pensar y en el hacer.
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