Ocio, negocio y Feng Shul. Adictiva, incombustible y punta de lanza del "un país, dos sistemas" con el que la China comunista abrazó el capitalismo ante el pasmo del mundo, la ex colonia británica se ha mantenido tras la devolución como uno de los dragones asiáticos para el ocio y el negocio, sus rascacielos y su ritmo delirante, la compulsión de sus centros comerciales y las noches de copas por el barrio de Lan Kawai Fong siguen ganándole la partida a Mao, al menos de momento, y siempre bajo el dictado de la armonía positiva del Feng Shul
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