Tras numerosas y tumultuosas peripecias, Rusia parece haber entrado en una fase de relativa estabilidad monetaria y financiera, lo que hace unos años resultaba del todo inimaginable. Aunque tras la grave crisis financiera de agosto de 1998 el país fue dado por perdido, si se compara con la trayectoria que ha seguido Argentina después de experimentar una crisis de una violencia similar, hay que señalar que Rusia constituye un ejemplo exitoso en la gestión de las consecuencias de una crisis financiera. Este triunfo se explica tanto por la propia naturaleza de las causas de la crisis como por las políticas adoptadas a continuación de la misma. Por lo tanto, la estabilización actual no le debe nada al azar, aun cuando incluye límites evidentes. Lo que una política meditada pudo hacer, una política menos meditada podría deshacerlo.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados