Durante las dos últimas décadas, aproximadamente, el sector vitivinícola de la DOCa Rioja ha experimentado notables cambios para abastecer la demanda creciente de vino. La superficie de viñedo y la productividad han aumentado de forma considerable. Al mismo tiempo, el número de bodegas elaboradoras y comercializadoras muestra una tendencia alcista, como ocurre también con la capacidad de almacenamiento. El proceso de cambio parece que no ha terminado, siendo difícil evaluar las consecuencias que puede tener -inicialmente- sobre las actividades primarias y la industria derivada, pero también sobre el conjunto de la DOCa Rioja, dada la fuerte presencia socioeconómica del sector.
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