Pndu, una oportunidad para consolidar el desarrollo urbano barrial sustentable

• Autores: Gerson Mac Lean Ramírez.
• Localización: DU & P: revista de diseño urbano y paisaje, ISSN-e 0717-9758, Vol. 12, Nº. 30, 2015, págs. 28-35
• Idioma: español
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• Resumen
  • español

    La promulgación de la nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano por el ex Presidente de La República Sebastián Piñera, en octubre del año 2013, consolidó un proceso iniciado formalmente casi veinte meses antes con la conformación de una Comisión Presidencial que, a través de comités temáticos y múltiples talleres de discusión, debatió en torno a los problemas y conflictos que la Política debía abordar como marco de acción y a las necesidades y oportunidades de las que se debía hacer cargo. La discusión se condujo y se concretó, de esta manera, a través de un documento orientador en el que se plantean “ejes temáticos” que enmarcan cada uno de los objetivos propuestos, los que serían llevados a cabo a través de nuevas leyes, ajustes en la orgánica institucional y el potenciamiento de algunas líneas de inversión pública.

    Una vez pasados la discusión y el debate sobre las prioridades, los énfasis y las interpretaciones sobre roles y responsabilidades (como por ejemplo el rol del Estado en la gestión del suelo), se hace necesario, en el corto plazo, comenzar a diseñar las leyes, reglamentos, instrumentos, planes, programas y mecanismos a través de los cuales se concretarán los objetivos planteados por la nueva Política; asumiéndose, además, que se trata de una tarea que concierne a todos los actores que hacen parte del desarrollo urbano, principalmente las instituciones públicas y la ciudadanía. El desafío trasciende los gobiernos de turno y se consolida como Política de Estado del momento que los compromisos establecidos se mantengan. En este contexto, el presente artículo analiza y aborda la nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano desde la perspectiva de sus dos objetivos principales: el mejoramiento de la calidad de vida y la sustentabilidad del desarrollo urbano; desde una perspectiva que pone el énfasis en la institucionalidad necesaria para emprender dichos desafíos (nuevo modelo de gobernanza urbana) y el reconocimiento de la escala barrial como territorio de experimentación (¿Laboratorio?) de dicho nuevo marco.

  • English

    The enactment of the new National Policy for Urban Development by the former Chilean President Sebastián Piñera, in October 2013, consolidated a process formally started almost twenty months before with the establishment of a Presidential Commission that, through thematic committees and multiple discussion workshops, discussed around the problems and conflicts that the policy should address as a framework for action and to the needs and opportunities it should respond. Accordingly, the discussion was conducted and materialized through a guiding document in which raises “thematic lines” that frame each of the proposed goals, which would be carried out through new laws, adjustments in the institutional structure, and strengthening of some lines of public investment.

    Once past the discussion and debate on the priorities, the emphasis and interpretations on roles and responsibilities (such as the state’s role in land management), it is necessary, in the short term, to begin designing the laws, regulations, instruments, plans, programs and mechanisms through which identified the objectives set by the new policy; in addition, assuming that this is a task that affects all actors that are part of the urban development, mainly public institutions and citizenship. The challenge transcends governments on duty and is consolidated as a State Policy of the moment that the commitments established is maintained. In this context, this article analyzes and discusses the new National Policy of Urban Development from the perspective of its two main objectives: improving the quality of life and the sustainability of urban development; from a perspective that puts the emphasis on the institutions necessary to undertake such challenges (new model of urban governance) and the recognition of the scale in the neighborhood as a territory of experimentation (¿Lab?) of such a new framework.