Los residuos son un problema no solo para los humanos. Pueden transmitir enfermedades y atraer a los depredadores con su olor. Por eso también los otros animales han tenido que inventar sus «vertederos», «aseos», varios tipos de medidas higiénicas y sistemas para desembarazarse de los cadáveres de los compañeros de nido.
Sin embargo, los residuos pueden constituir también un recurso: basta saber cómo usarlos y aprovechar de manera apropiada su hedor y contenido de bacterias.
La selección natural ha premiado a veces los comportamientos de reciclaje, que suelen ser los que producen más beneficio con un menor costo. Los ha favorecido tanto si se trata de residuos propios como si proceden de otras especies.
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