Buena parte de nuestro patrimonio cultural moderno, desde pinturas acrílicas hasta piezas de Lego y trajes espaciales, está fabricado con plástico.
Estos polímeros no duran para siempre. Al degradarse, generan fragmentos moleculares desordenados. Esa inestabilidad puede arruinar pinturas y otros objetos.
Los conservadores disponen de nuevos métodos para identificar señales tempranas de descomposición y para limpiar las obras de arte deterioradas con métodos adaptados a cada sustancia química.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados