Jesús María Zaratiegui Labiano
En los 24 años que duró el proceso de integración de España en el Mercado Común nuestro país echó mano de todas las armas a su disposición (diplomáticas, económicas, políticas) para conseguir la entrada en un club cuyas reglas (libertades fundamentales) no cumplía ni tenía intención de hacerlo el Gobierno español. En este artículo estudiamos un tipo especial consistente en presionar a las empresas instaladas en nuestro país para que sus directivos presionaran a sus Gobiernos respectivos en orden a facilitar las negociaciones de entrada con nuestro país. En especial nos centramos en las actuaciones sobre las empresas (y sus empresarios) holandeses e italianos con intereses en España. Hay escasos estudios sobre esta peculiar forma de lobby por parte de los estados sobre los directivos de las empresas. Se plantean también posibles modos de valoración cuantitativa de estas presiones económicas.
The admission of Spain as a member of the European Union was a long process of 24 years. During this time, our country used all kind of tools at its disposal (diplomatic, ecomomic, political) to avoid the fact that Spain was not a democracy but a dictatorial regime. In this article, one particular way of forcing the European Union to accept Spain's application is examined. The idea was to put pressure on the managers of the main European companies working in Spain, in order to ease the political negotiation with their respective countries. Attention is mainly focused on Dutch and Italian firms (and managers) with interests in Spain. There are few studies addressing this peculiar lobbying of countries directed at specific companies. Ways are shown on how to measure the real impact of these economic pressures.
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