La ley de la buena mezcla vendría a enunciar que la combinación de varios componentes presentes en una sustancia o material no debe anular las propiedades de cada uno de esos elementos implicados, ni su identidad particular, en la aleación, solución o suspensión resultante. La buena mezcla ha de permitir que coexistan y convivan sus elementos de forma armónica sin que ninguno se disipe o se imponga, sin que intermedien reacciones químicas que mermen sus capacidades individuales, las mismas que deben sumarse para resultar un todo efectivo.
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