Conclusiones de los autores del estudio: la alimentación materna se asocia con un efecto protector frente a la epilepsia en la infancia. Los niños alimentados con leche materna durante 3-5, 6-8, 9-12 y más de 13 meses tuvieron un riesgo de epilepsia un 26, un 39, un 50 y un 59% menor, respectivamente, al compararse con los alimentados menos de un mes con leche materna.
Comentario de los revisores: el riesgo de epilepsia disminuye a medida que se incrementa la duración de la lactancia materna y esto es más notorio cuando la lactancia es exclusiva. Si bien es cierto que en un estudio observacional puede haber sesgos en la asociación entre lactancia y epilepsia, los beneficios superan por mucho los costes y los riesgos.
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