La jugada de Mariano Rajoy, admitir que no tiene apoyos para que el jefe del Estado propusiera la investidura de Pedro Sánchez, puede salirle cara. Existen voces dentro del PP que habrían esperado de él un paso al frente, otras creen que era su única salida. Pero, a diferencia de otras ocasiones y aun reconociendo las dificultades de lograr una salida airosa, los populares se mantienen a la espera de acontecimientos que, de llevarles como temen a la oposición, habrán de resolverse con una refundación del partido que renovaría desde la elección de cargos a las caras de la Ejecutiva. La primera, la de su presidente, cuya única, pírrica pero todavía posible opción de mantenerse en el cargo pasa por que el líder socialista fracase en su búsqueda de pactos.
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