El fracaso escolar es una constante en España que se intenta remontar año tras año. La mayoría de los enfoques centran las causas de este fracaso en el alumnado y algunos proponen como alternativa metodológica un cambio en la evaluación. En este artículo se plantea un abordaje distinto que favorezca la motivación de los adolescentes en su proceso de aprendizaje. Para ello es necesario conocer las particularidades de la adolescencia y estar dispuestos a cambiar el rol clásico del profesor.
El ciclo formativo de cocina y gastronomía ofrece la posibilidad de aplicar un modelo educativo poco convencional en el que los alumnos sean los protagonistas de su aprendizaje. Crecen, comparten, descubren, respetan y, además, aprenden.
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