Mariano Rajoy y Artur Mas tienen una cosa en común: han dejado a sus parlamentos y gobiernos sin vacaciones. Este viernes llegan al Consejo de Ministros los Presupuestos Generales del Estado para 2016 y el 4 de agosto se presentan en el Congreso, que tendrá por delante cerca de tres meses de tramitación de las cuentas con las que el líder popular espera reconquistar a sus votantes sin contrariar a sus socios europeos. Mientras, el president de la Generalitat tiene hasta el día 3 para convocar las elecciones catalanas del 27 de septiembre, asunto pendiente tras la presentación de la lista unitaria de partidos y entidades soberanistas. Una y otra precampaña, porque las cuentas también tendrán mucho que decir en las generales, no van a dar tregua a los políticos, cuyos intereses en una y otra partida subirán la temperatura de un verano que se presenta más sofocante que nunca.
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