Muchas veces se ha afirmado que durante el régimen de Franco ETA no fue propiamente una organización terrorista por estar incluida entre las fuerzas políticas que de un modo o de otro luchaban contra la dictadura del general. Su actividad violenta se justificaba al ser considerada como la respuesta a la opresión, también violenta, que el dictador ejercía sobre los pueblos de España y en particular sobre el pueblo vasco. Pero en este artículo observamos que ETA, desde sus inicios, opta por la violencia como estrategia para la consecución de un objetivo político: la independencia de Euskadi, lo cual la define como una organización terrorista desde los primeros años de su existencia.
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