Estamos pasando de la era de la información a la era del aprendizaje. La economía, las empresas y la cultura están empujando a la escuela a crear un nuevo curriculum donde las habilidades no cognitivas son mucho más importantes que las cognitivas.
Para educar estas nuevas competencias emocionales, expresivas, digitales, empáticas, existenciales y éticas es imprescindible involucrar en el aprendizaje a las familias bajo un nuevo paradigma.
Las sinergias con las familias se generan cuando hay un proyecto sólido, reflexionado y respaldado institucionalmente, cuando hay una metodología horizontal y participativa, una relectura de los fines educativos últimos que hacen imprescindible a las familias, un liderazgo empático claro y unos cauces prácticos sencillos articulados desde la tutoría
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