El escenario donde se desarrolla nuestra existencia se ha conformado, tal y como lo conocemos, a lo largo de la historia. Atiende a un proceso paralelo a la propia adaptación de la humanidad a su entorno y su forma de habitarlo. Si estas condiciones cambiaran, o simplemente fueran otras, dictadas a la voluntad de una nueva mentalidad creadora, es seguro que la forma de nuestro entorno cambiaría. Cuando el homo sapiens se convierte en homo ludens, la escenografía donde se desarrolla la función de la vida se transforma en un paisaje compuesto de elementos diferentes. La mano del escultor conformará la apariencia de algunos de ellos, a modo de maqueta construida de nuevas ideas.
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