En este trabajo se presenta el caso clínico de un niño de 9 años y 10 meses de edad que presentaba miedo intenso cuando tenía que dormirse. Lo relevante que presenta este caso para la práctica clínica, fue el reducido número de sesiones que hicieron falta en la intervención, concretamente 3, para conseguir unos resultados positivos, tanto para el niño, como para su familia. Estos resultados se mantuvieron a lo largo del tiempo. En el trabajo realizado queda patente la utilidad de distintas técnicas cognitivo-conductuales en menores con miedo, la acción de la atención como mantenedor del miedo y la importancia de la motivación de la persona, a pesar de su corta edad, para conseguir una serie de cambios en la dirección deseada
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