Los avances en el entendimiento del lupus eritematoso generalizado (LEG), en su diagnóstico y tratamiento, han permitido un incremento en la sobrevida general de los pacientes con esta enfermedad; no obstante, la nefropatía lúpica (NL) persiste como causa importante de morbilidad y mortalidad y su presencia va aparejada al aumento en la supervivencia. El aspecto más relevante parece ser el conocimiento muy claro de que no todas las formas de afección renal en LEG evolucionan hasta la insuficiencia renal terminal (IRCT), sino sólo la glomerulonefritis proliferativa difusa (GNPD) o clase IV de la OMS; tal como se muestra en el estudio que se publica en este número de La Revista de Investigación Clínica llevado a cabo por Gamba y colaboradores, en la que prácticamente todos los pacientes que desarrollaron IRCT tenían GNPD.
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