La exigencia del llamado �certificado energético� del edificio, será pronto una realidad incorporada a nuestra legislación por la obligada trasposición de la Directiva europea que lo exige. El autor analiza las repercusiones que ello tendrá para los diferentes agentes que intervinen en el mercado inmobiliario. Parece que será complicada su efectiva aplicación.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados