Santiago Palacios Gil-Antuñano, Rafael Sánchez Borrego, C. Valdés, F. Baró Mariné, Camil Castelo-Branco, A. Estévez, Andrés Forteza Matheu, Mª Dolores Juliá Mollá, María Jesús Cancelo Hidalgo, Fernando Martín Malavé, José Luis Neyro Bilbao, E. Rodríguez Bueno, E. Ruiz Domingo, Fernando Vázquez Camino
Actualmente disponemos de diversas intervenciones que pueden reducir la incidencia de fracturas osteoporóticas, como son medidas higiénico-dietéticas, reducir el riesgo de caídas y tratamientos farmacológicos específicos.
El ranelato de estroncio es el único fármaco antiosteoporótico con un mecanismo de acción dual, ya que inhibe la resorción a la vez que estimula la formación ósea.
Los estudios realizados demuestran su capacidad para mejorar los parámetros de calidad ósea (microarquitectura), aumentar la densidad mineral ósea y reducir el riesgo de fracturas vertebrales y no vertebrales. Ha demostrado eficacia en mujeres osteopénicas y osteoporóticas, tanto con fracturas como sin ellas, y tanto en los primeros años después de la menopausia como en las mujeres mayores.
Existen datos de seguridad a 10 años en condiciones reales de administración, demostrando tener un adecuado perfil de seguridad y tolerancia.
El ranelato de estroncio, debido a su eficacia, seguridad y años de experiencia, es un tratamiento de primera elección para las mujeres con osteoporosis posmenopáusica y riesgo de fractura.
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