El autor trata la importancia que tiene que los estudiantes estudien matemáticas con un objetivo diferente en mente, uno que no sea aprobar los examenes. Añade que todos los estudiantes son curiosos y a todos les gusta jugar, así que, ¿por qué no utilizar e incorporar estos dos aspectos en el sistema didáctico? Al final del texto propone algunos ejercicios prácticos.
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