Es una evidencia que el sol es imprescindible para la vida en la tierra. Tras una larga serie de vaivenes en la historia de la relación de los hombres con el sol -gustos, modas, creencias-, ahora (1) existe la certeza de que el sol, a pesar de tener efectos beneficiosos sobre el organismo, es un peligro potencial para la piel: desde los efectos agudos (quemadura solar, fotosensibilidad inducida por fármacos), pasando por los producidos a largo plazo (fotoenvejecimiento cutáneo, cáncer, alteración del sistema inmune), hasta las reacciones anormales a la luz (dermatitis eccematosas, urticaria), sin olvidar las dermatosis causadas o agravadas por ella (2).
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados