Salmantino, lacónico, flaco, sardónico, reidor. Y aproximado octogenario. En un momento de su vida en el que está dispuesto a hablar sin contemplaciones ni medias tintas. A veces, enhebra comentarios aparentemente espasmódicos o deslavazados, no por falta de frescura mental. Sencillamente, no estima necesario guardar las formas. Es Basilio, su personalidad de artista, de intelectual sofisticado, culto, personalísimo, imaginativo.
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