En 1976, Pertur intentó adaptar ETA político-militar a la Transición española hacia la democracia. Su plan consistía en crear un partido de corte bolchevique que ejerciese de dirección política y que ETApm pasase a la retaguardia. Los polimilis montaron el partido EIA que formó parte de la candidatura Euskadiko Ezkerra para presentarse a las elecciones de 1977. Esta decisión provocó una crisis en el nacionalismo radical. Éste se dividió en dos bandos antagónicos: el moderado de Euskadiko Ezkerra, que apostó por la vía institucional, y el radical de Herri Batasuna y ETA militar, que fue el que acabó quedándose con la mayor parte de la herencia de ETA.
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