En 1910, José Ingenieros escribía que la sociología es una ciencia natural cuyo objeto de estudio es la evolución general de la humanidad. Esta afirmación en ese momento histórico se ligaba estrechamente a los conceptos del sociologismo biológico de Herbet Spencer, las ideas de Charles Darwin y era producto de la concepción positivista de Augusto Comte. Pero, tambien, es posible pensar que esta aseveración poseía un trasfondo mucho más amplio y profundo que superaba los límites del naturalismo positivista imperante en aquellos años.
La mirada al pasado, al principio rudimentario de los conceptos, muestra la posibilidad de rastrear el origen de éstos para hacerlos dialogar con los interrogantes actuales, pero especialmente pueden ser útiles para develar aquello que se encuentra oculto en algunos discursos que se proclaman dueños de la idea de transformación.
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