Se elabora una propuesta de estatuto de la víctima en el proceso penal que equilibre la posición de la víctima dentro del marco de desequilibrio procesal en el que se encuentra ahora, al equipararse dentro del sistema actual con otros medios probatorios que no precisan del mismo tratamiento que el de aquellas personas que acuden a un juicio oral a reconocer personalmente a quien les ha vejado, agredido o causado daños. Este estatuto se podría incluir dentro de una reforma «ad hoc» de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, o bien dentro del marco de una Ley integral que dote de la autonomía que merece a este marco regulador.
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