T. R. Velasco, Jordi Bruna Escuer
Introducción: La neuropatía periférica inducida por quimioterapia (NIQ) es la complicación neurológica más frecuente del tratamiento del cáncer, y afecta aproximadamente a una tercera parte de los pacientes. La NIQ deteriora la funcionalidad, compromete la calidad de vida y, frecuentemente, conlleva la reducción y/o suspensión del tratamiento, lo que representa un efecto adverso limitante de dosis de muchos antineoplásicos. Además de los clásicos, agentes nuevos como bortezomib y oxaliplatino presentan un marcado riesgo de neuropatía. Métodos: Tras revisión de la literatura, se analizan los trabajos relevantes y los recientes avances sobre patogenia, incidencia, factores de riesgo, diagnóstico, características y manejo de la NIQ. Resultados: El conocimiento sobre la fisiopatología de la NIQ es creciente. La investigación incluye la identificación de los genes relacionados con un mayor o menor riesgo de NIQ. La mejor herramienta que permita diagnosticar y graduar la severidad de la NIQ no está definida. Numerosos agentes se están investigando como potenciales neuroprotectores o tratamientos sintomáticos, con resultados negativos en la mayoría de ellos. Conclusiones: El reconocimiento precoz y posterior reducción de dosis o suspensión del agente neurotóxico es actualmente la única forma de minimizar el desarrollo de esta complicación. Ante la ausencia de tratamientos preventivos o sintomáticos eficaces en la NIQ, sería recomendable la monitorización neurológica de los pacientes candidatos a recibir quimioterapia con agentes neurotóxicos, sobre todo si presentan una neuropatía de base o subclínica. Es necesario definir e implementar la mejor medida para evaluar la NIQ.
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