Las quince medidas que ha anunciado el Gobierno central de poner rápidamente en marcha ante el grave problema planteado por la climatología, que ha venido a ser la puñalada a la situación, de llevarse a efecto en su totalidad como cabe esperar y suceder, serán algo más que una ayuda como tantas otras desaprovechadas por sus errores, algo esperanzador para el campo en su amplitud y territorialidad. Nos satisface decirlo así, porque ha llegado la hora de poner en ejecución lo que el campo necesita, máxime cuando estamos a la puerta, probablemente del cambio climático que nadie sabe adónde nos va a llevar. Es un Plan que hará de nuestra agricultura la parte esencial que la economía necesita y dará, al tiempo, las energías y facultades que los equipos de cada especialidad hortofrutícola precisan y esperan desde hace mucho tiempo.
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