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Resumen de Uniones homoafectivas

Maria Berenice Dias

  • Lo que primero propone este trabajo es hacer observaciones acerca del Derecho de Familia en Brasil, respecto a un concepto de familia que comprenda lo que todos los pueblos, en todos los tiempos y lugares, reconocen como la estructura originaria de la sociedad, en cuyo seno la criatura humana tiene su primer desarrollo, protegida de las hostilidades externas, sirviendo de apoyo y referencia para su evolución futura. Pero, además, se hace necesario repensar el concepto de familia, ya ahora desvinculado de sus tres paradigmas originarios: casamiento, sexo y procreación. El movimiento de mujeres, la aparición de los métodos anticonceptivos y las consecuencias de la evolución de la ingeniería genética evidencian que el triple paradigma hoy no sirve para delimitar el concepto de familia. La tentativa que se debe hacer es la de identificar el elemento que permita enlazar en el concepto de entidad familiar la relación entre personas. El desafío del nuevo milenio es buscar el toque diferenciador de las estructuras interpersonales que merecen ser insertadas en una división jurídica específica, cual es el Derecho de Familia. Ese punto solamente puede ser encontrado a partir del reconocimiento de la presencia de una vinculación afectiva, pues es el envolvimiento emocional el que, cada vez más, sirve de parámetro para insertar una relación en el Derecho de Familia, cuyo elemento estructural es el sentimiento del amor, el vínculo afectivo que une las almas y confunde los patrimonios, haciendo generar responsabilidades y compromisos recíprocos. Las parejas de personas de un mismo sexo que, aunque siempre han existido y con ellas la humanidad ha convivido, siempre están en la mira de la discriminación y del rechazo social. Sin embargo, más allá del repudio social, la omisión legislativa es total, frente a las uniones que prefiero llamar homoafectivas. Si es poca o casi ninguna la posibilidad de aprobación de cualquier legislación que proteja esas relaciones, es en el ámbito del Poder Judicial donde los vínculos homoafectivos vienen obteniendo algún reconocimiento. En el momento en que el Poder Judicial pase a prestar juridicidad a las relaciones afectivas estructuradas en la convivencia entre dos personas del mismo sexo, seguramente la sociedad empezará a respetarlas y no a rechazarlas. Este es el comportamiento que corresponde a una sociedad democrática y libre.


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