Este artículo analiza aquellas posiciones filosófico-políticas que siempre encontraremos en Araquistáin, más allá de que este socialista pase por diversas fases de mayor o menor radicalismo político. Araquistáin permaneció fiel a una visión regeneracionista del problema de España, fue accidentalista, su socialismo tuvo una clara inspiración neokantiana y prefirió por lo general una filosofía de orientación escéptica o relativista. No obstante, fue en el período del exilio, en la última etapa de su vida, cuando todos esos elementos lograron una mayor coherencia y armonía.
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