La constitución de la OCS ha sido posible gracias a las nuevas perspectivas abiertas por la disolución de la URSS, a las nuevas amenazas separatistas y fundamentalistas en Asia Central y a la renovada amistad sino-rusa. En 2003 emergieron con fuerza nuevos temas, entre los que destacaron las iniciativas para realizar una prospección conjunta de recursos energéticos, desarrollar las infraestructuras de comunicación y establecer gradualmente un área de libre comercio. Con todo, las disparidades de dimensión, población y situación geoestratégica de sus miembros, además de la vecindad de socios potenciales, apuntan tanto hacia una complicación de la agenda de la OCS como hacia una ampliación de la Organización.
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