La reputación del Presidente de la Reserva Federal constituye hoy un elemento indudable de fortaleza de la economía norteamericana. En tanto, cabría pensar que la del Presidente del banco Central Europeo, no debiera ser un elemento de debilidad para la europea, pese a algunos elementos circunstanciales que han rodeado su reciente gestión. ¿Cuál es en realidad entonces, la incidencia y el papel verdadero que tienen ambos funcionarios en la marcha de las respectivas economías? ¿Cuáles son sus responsabilidades y sus aciertos en el desempeño y en la evolución de las variables económicas?
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