Resumen de La Santa Sede y los movimientos revolucionarios europeos de 1820. Los casos napolitano y español
Carlos María Rodríguez López-Brea
La Santa Seda mantuvo batía las revoluciones liberales de 1820 una actitud mucho más ambigua de lo que en un principio se pudiera esperar. Aunque al papa Pío VII rechazaba la ideología liberal, la razón da Estado la obligó a contemporizar más allá da lo que las Potencias Conservadoras europeas hubieran deseado. De hecho, los Estados Pontificios se declararon neutrales en los conflictos que enfrentaron militarmente a la Santa Alianza con Nápoles y España, paro esta neutralidad fue más aparente que real. Si al temor a la propagación de las ideas liberales en Italia llevó a la Santa Seda a apoyar discretamente la intervención austríaca en Nápoles, al rechazo de Roma batía al gobierno liberal español se manifestó en «pequeños gestos» y no en condenas formales. El Papado pudo así servir a los interesas da la Santa Alianza sin comprometer su tradicional independencia política y diplomática.
