María Tudor, reina María I de Inglaterra, fue la mayor de los vástagos del rey Enrique VIII. María tuvo una infanica y juventud desgraciada. El 25 de julio de 1554 se desposó en la catedral de Winchester con el príncipe Felipe, futuro Felipe II.
La reina tuvo en dos ocasiones pseudociesis: amenorrea, distensión abdominal, malestar matutino y galactorrea. Durante estos períodos presentó además agravamiento de su cefalea, de su depresión y de sus problemas visuales.
La reina María I falleció a la edad de 43 años. Sugerimos que María Tudor sifrió una prolactinoma.
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