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Resumen de La "Restasuración" de la poesía , alma del movimiento neoclásico

Russell P. Sebold

  • español

    La añoranza del dulce estilo del Príncipe de los Poetas Castellanos, Garcilaso de la Vega, y el horror a los estragos estilísticos del barroco y el ultrabarroco unieron a los poetas de cuatro siglos en una ininterrumpida tendencia neoclásica; y esa tendencia neoclásica se transformó en el movimiento neoclásico durante el siglo XVIII gracias a la concertada campaña para la restauración del estilo clásico que los críticos y los poetas lanzaron en ese momento. Se esperaba que el siglo decimoctavo pudiera ser un tiempo tan glorioso para la poesía como lo había sido el decimosexto, único Siglo de Oro según la historiografía setecentista. Los críticos más importantes para la restauración de la buena poesía fueron Ignacio de Luzán, Luis José Velázquez, Juan Andrés y Pedro Estala, y las más destacadas voces poéticas fueron las de Cadalso, Meléndez Valdés y Quintana. Para la restauración del estilo lírico clásico, la actividad esencial era la creativa, la emulación de la armoniosa dicción de Garcilaso, Luis de León y Fernando de Herrera. Pero para que se produjera tan sana rivalidad, los poetas de la nueva era necesitaban modelos clásicos, y con este motivo se emprendió uno de los más importantes proyectos de rescate textual en toda la historia de la literatura. En más de cien años no se habían sacado ediciones nuevas de Garcilaso, fray Luis, Herrera, Acuña, Figueroa, los Argensolas, Balbuena, Rioja, Villegas, etc. El hecho de que España tenga hoy textos poéticos clásicos se debe enteramente a los neoclásicos. Ya lo decía Quintana: «la poesía les debe todo».

  • English

    Nostalgia for the sweet style of the Prince of Castilian Poets, Garcilaso de la Vega, and horror at the stylistic ravages of the Baroque and Ultra-Baroque unified the poets of four generations in an uninterrupted Neoclassical tendency; and that Neoclassical tendency was transformed into the Neoclassical movement during the eighteenth century thanks to the concerted campaign for the restorations of the Classical style that the critics and poets launched at that moment. It was hoped that the eighteenth century could be as glorious a time for poetry as was the sixteenth century, the only Golden Century according to the historiography of the 1700s. The most important critics for the restoration of good poetry were Ignacio de Luzán, Luis José Velázquez, Juan Andrés and Pedro Estala, and the most outstanding poetic voices were those of Cadalso, Meléndez Valdés and Quintana. For the restoration of the Classical style, the essential activity was the creative, the emulation of the harmonious diction of Garcilaso, Luis de León, and Fernando de Herrera. But in order to produce such a healthy rivalry, the poets of the new era needed Classical models, and with this end in view one of the most important recovery projects in all of literary history was undertaken. In more chan one hundred years no new editions had been printed of Garcilaso, fray Luis, Herrera, Acuña, Figueroa, los Argensolas, Balbuena, Rioja, Villegas, etc. The fact that today Spain has Classical poetic texts is entirely owing to the Neoclassicists. Quintana said as much at the time: «Poetry owes them everything».


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