Partiendo de la importancia que el magisterio del Pontífice Juan Pablo II otorgó al tema del ecumenismo y las sectas, en este artículo el autor expone sobre la importancia de una formación seria y profunda en la propia fe, así como en el problema de las sectas. Para esto último es preciso, a su juicio, una especialización en diferentes campos de formación. En este sentido, analiza de forma particular el papel de las universidades católicas en el estudio y respuesta a tales desafíos para la Iglesia y la sociedad
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