En el artículo se resumen los principales argumentos teóricos y prácticos que justifican la función crucial del peaje para modernizar y expandir la red viaria de gran capacidad en nuestro país. Los métodos alternativos al peaje para financiar la construcción y mantenimiento de las autopis-tas adolecen de diversas ineficiencias: no permiten utilizar un precio de referencia para regular la congestión; no ase-guran una corriente de fondos dedicada específicamente a la construcción y mantenimiento de las carreteras; no garantizan que las carreteras de alta capacidad se cons-truyan allí donde sean más necesarias económicamente, y no donde sean más rentables políticamente; y no recaen sobre el usuario en proporción al uso que éste haga de la correspondiente infraestructura viaria.
El autor sostiene que el intenso crecimiento de la deman-da privada de movilidad a través de la carretera y las cre-cientes restricciones presupuestarias convierten el peaje en el método no sólo más justo y eficiente, sino quizás el único posible para conseguir adecuar nuestras infraestructuras viarias a nuestras aspiraciones de crecimiento económico
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