Muchos jóvenes buscan nuevas formas de participación política al margen de las formaciones políticas tradicionales y de los sindicatos, pero no "pasan de la política". El movimiento altermundista es un buen ejemplo de cómo se organizan los jóvenes del siglo XXI para defender sus intereses y rechazar un modelo de globalización neoliberal que acentúa las desigualdades y constituye un retroceso en derechos y libertades. Las movilizaciones internacionales contra la guerra de Iraq o las protestas contra el contrato de primer empleo en Francia constituyen ejemplos de la implicación de los jóvenes en las cuestiones políticas que más les afectan.
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