En la Cumbre Europea de Niza de diciembre de 2000 el Parlamento Europeo, la Comisión y el Consejo han proclamado solemnemente la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. La Carta no tiene fuerza vinculante ni se incorpora a los Tratados, pero la Comisión piensa actuar como si estuviera en los Tratados, puesto que tarde o temprano estará.
La Carta no es innovadora, porque ya el Tratado de Amsterdam, directamente o por remisión, recogía los derechos fundamentales y libertades, pero es una seña de identidad del modelo europeo de sociedad.
La Carta va dirigida a instituciones y órganos de la Unión y a los Estados miembros, aunque los beneficiarios son los ciudadanos de la Unión y en algún caso, los residentes de países terceros. El catálogo de derechos es suficiente, pero sería necesaria una mejora de la redacción formal y de fondo.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados