No existen muchas referencias con relación a la música practicada por los primeros árabes que vivieron en Córdoba, sin embargo la situación cambia totalmente con los Omeyas. Los primeros datos obtenidos corresponden a Abd ar-Rahmán I, el Justo, primer emir omeya de España (734-788), el cual, en su palacio de Córdoba, siguiendo la tradición de los califas de Damasco tuvo para su recreo personal una esclava cantora llamada Achfa. La cual le entretenía con sus cantos árabes y su deliciosa música de laúd. El desarrollo de la escuela musical arábigo-andaluza coincide con el apogeo de las destacadas escuelas de canto de la Meca y Medina, adquiriendo a partir de aquí un considerable empuje con la llegada a Córdoba de Ziryab, donde creó lo que se puede considerar el primer Conservatorio de Música del mundo islámico, realizando importantes modificaciones en el laúd, al añadirle una quinta cuerda. Fue un gran pedagogo e innovador en la enseñanza del canto
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