Pese a los muchos avatares del período 1833-1837, en Cataluña siempre se mantuvo un especial mecanismo de defensa y orden público, formado por tres elementos: ejército regular, Voluntarios de Isabel II y Milicia. Cada uno de ellos presentó una composición social diferente y tuvo un cometido distinto. Los Voluntarios se nutrieron sobre todo de los estratos más bajos de las clases populares, participaron en el combate contra los carlistas junto con el ejército regular y representaron un papel muy destacado en la exclaustración forzosa de 1835. Por contra, la Milicia acogió a muchos miembros de la pequeña burguesía urbana, casi nunca entró en combate y participó en la revolución hasta que ésta fue clausurada por una dictadura militar, en 1837
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