La política de reforma y apertura hacia el exterior, iniciadas por China a finales de los años setenta está dando sus frutos. China se ha convertido en la actualidad en un país próspero y con grandes niveles de desarrollo económico. Su papel en el contexto internacional está orientado hacia la apuesta por la cooperación multilateral y el respeto a un orden internacional equitativo y democrático, que favorezca el desarrollo humano en paz.
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